sábado, 7 de mayo de 2011

Ensayo: El Color de las Palabras

El Color de de las palabras

"Nuestro lenguaje forma nuestras vidas
y hechiza nuestro pensamiento"

Albert Einstein

Cuando me surgió la idea de este ensayo, no sabia de la existencia de una obra literaria que se titula igual “El Color de las Palabras”. Se trata de una novela de la autora Rosa Villada. Lo primero que pensé fue cambiar el título, pero éste me pareció tan sugerente e interesante, que me enamoré perdidamente de él. Entonces me decidí a dejarlo tal y como está y pintar mi composición con mis colores favoritos.

La novela recién descubierta me causó tanta curiosidad que seguí navegando por las azules aguas de sus páginas, hasta darme cuenta de que trata de una joven que tiene la capacidad de percibir colores en las palabras que lee, escribe, habla o escucha, ya que experimenta un fenómeno perceptual neurocognitivo denominado sinestesia. Descubrí entonces que no solo se perciben colores en las palabras en sentido figurado, sino que realmente existe este tipo de apreciaciones en la vida real.

Los sinestésicos relacionan un estimulo específico a un color determinado y no solo perciben ese color, sino que también lo ven escrito. Alicia Callejas y Juan Lupiáñez, en su pagina Web Percepnet, señalan que existen distintos tipos de sinestesia, aunque la más común, y por ello la más estudiada, es aquélla en la que las letras, palabras o números evocan colores. Este tipo de sinestesia se ha denominado color-grafema.

Las palabras pueden pintarse en un momento determinado de una gama de colores muy variados; todo depende de las circunstancias y el estado emocional del que las emite. Cuando una persona esta triste todas las palabras que expresa están coloreadas de tonos grises muy intensos; en cambio cuando está feliz, pinta sus expresiones con los tonos más llamativos y brillantes del círculo cromático: rojo, azul, amarillo, rosa, violeta, verde, naranja...

En una persona optimista y emprendedora, las palabras que brotan de su boca están cargadas de matices verdes intensos que representan la esperanza y la fe en el porvenir. Dos enamorados embellecen con palabras todo lo que ven y todo lo que sienten; se dicen palabras de colores rojos como sus corazones henchidos de felicidad. Cada uno de nosotros imagina esos rasgos, esos entornos según sus propias vivencias y su percepción de la vida.

Albert Einstein señaló: “La locura está en pretender resultados diferentes haciendo y diciendo lo mismo”. Es propicio revisar a cada instante lo que decimos, los matices que colorean nuestras expresiones, las circunstancias y el contexto que lo rodean y sobre todo nuestros sentimientos, si queremos ser mejores personas y hacer felices a los demás.

El fragmento de la prosa de Pablo Neruda “La palabra”, recoge la esencia de lo que éstas significan para nuestras vidas: “Todo lo que usted quiera, sí señor, pero son las palabras las que cantan, las que suben y bajan… Me prosterno ante ellas… Las amo, las adhiero, las persigo, las muerdo, las derrito… Amo tanto las palabras… Las inesperadas… Las que glotonamente se esperan, se escuchan, hasta que de pronto caen… Vocablos amados… Brillan como piedras de colores, saltan como platinados peces, son espuma, hilo, metal, rocío… Persigo algunas palabras… Son tan hermosas que las quiero poner todas en mi poema… Las agarro al vuelo, cuando van zumbando, y las atrapo, las limpio, las pelo, me preparo frente al plato, las siento cristalinas, vibrantes, ebúrneas, vegetales, aceitosas, como frutas, como algas, como ágatas, como aceitunas… Y entonces las revuelvo, las agito, me las bebo, me las zampo, las trituro, las emperejilo, las liberto… Las dejo como estalactitas en mi poema, como pedacitos de madera bruñida, como carbón, como restos de naufragio, regalos de la ola… Todo está en la palabra”.

Cuando estamos inmersos en una lectura como la anterior, que desde nuestro punto de vista resulta muy interesante, nuestra imaginación nos traslada a un contexto real que tiene un determinado tono, una luz, una textura, además de las imágenes que nos son sugeridas por las descripciones precisas del autor, su rostro, su silueta, sus manos, en fin, tendemos a representar cada palabra del texto con los colores que evocan nuestro pensamiento y sentimiento, en este caso en sentido figurado, ya que solo algunas personas poseen tal habilidad de forma innata.
Como señalo al inicio, los sinestésicos, son capaces de ver de forma natural distintos colores en las palabras, dependiendo de los estímulos que las provocan. La mayoría de ellos no entienden como las demás personas no tienen esta capacidad. Estas percepciones no se consideran limitaciones o discapacidad para estas personas, por el contrario, es un tipo de inteligencia.

Finalmente, pintemos de colores alegres sugerentes, brillantes Y de hermosos matices, cada palabra que pronunciemos, cada expresión que salga de nuestros labios porque estas pueden ser un aliciente para un ser que sufre. Son tan poderosas las palabras que en un momento determinado pueden ser causa de felicidad o de desgracia, también pueden generar la paz o provocar la guerra entre dos familias o naciones. Una palabra alegre, dicha con los colores adecuados y en el momento oportuno, puede iluminar el día.

Silvia Abreu



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